Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
San Mateo
Mi tierra se llama Ecuador, cual relato de ciencia ficción, porque durante todo el año el sol le ilumina y quema con la misma intensidad.
Vivo en un tiempo profano. No se le toma en serio al sol, ni siquiera en mi país.
Bajo este bendito incendio sutil aprendí a leer. Entonces descubrí un hambre por los libros. Un hambre de historias, de tensiones y universos distintos al mío, y a la vez, reconocibles.
Luego descubrí mi amor por la escritura y la creación.
Nunca sospeché cómo cambiaría el mundo y se cubriría de letras con la llegada del universo digital. Es un mundo donde tengo cierta ventaja para participar y servir.
Cuando aprendí a leer, a los 7 u 8 años, descubrí mi hambre por la lectura de historias e hice de la biblioteca de la escuela mi segundo hogar.
Uno de mis descansos entre clases lo usaba para jugar fútbol con mis amigos. El otro visitaba biblioteca para buscar algún libro de relatos y descansar del sol bajo el techo siempre fresco de la sala de lectura.
Después descubrí la escritura de cuentos. El hambre tomó otra forma, como si la creación naciera de mí. No lo entendía, quizás aún hoy no lo tengo todo claro, pero amé la sensación de crear. No tanto mis creaciones.
De a poco formé mi biblioteca. Eso es un trabajo sin terminar, para toda la vida. Uno no sabe dónde conseguir libros para proteger y dónde guardarlos porque ya no hay espacio.
Descubrí la poesía, la escribí y me soñé caminante, trovador de campo y produje recitales en la calle y la tarima.
En el Internet encontré textos, autores y libros maravillosos, además de poder conectar con mucha gente con mis aficiones. Descubrí los blogs y abrí varios para publicar yo.
Ahora soy bibliotecario profesional y tengo acceso a más de un millón de volúmenes físicos. Con 10 años de experiencia, he publicado un book para que los coleccionistas de libros conocieran los secretos de los bibliotecarios a la hora de ordenarlos.
Además, soy diseñador web. El ciberespacio necesita mucho contenido con propósito. Los sitios web son una estructura, un cuerpo vestido de imágenes y letras. Sus blogs, el espíritu al cual acuden quienes necesitan consultar su conocimiento.
Aquí estoy para servir en todos estos ámbitos. Bienvenido a mi sitio web. Si quieres conversar conmigo sobre algún proyecto, escríbeme.
¿Qué tal si te digo que la fricción es sagrada? Empuja. Empuja el mundo y bótalo por la quebrada.
Vuelve a casa.
Diego Ortuno Rosales
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